lunes, 1 de octubre de 2012

DIABULIMIA

 


Lo sufren los diabéticos tipo I (sobre todo, chicas que además son anoréxicas o bulímicas); dejan de inyectarse insulina y así adelgazan (al no secretar esta sustancia, que regula el metabolismo de los nutrientes, sobre todo de los azúcares, éstos no se aprovechan y se eliminan por la orina, con lo que se pierde peso, uno de los primeros síntomas de la diabetes).

Omitir o reducir las dosis de insulina necesarias con el fin de adelgazar. Por muy arriesgado que suene es así; así funciona la diabulimia, una enfermedad fruto de la combinación de dos que ya de por sí son suficientemente peligrosas: la diabetes y un trastorno alimentario.


La obsesión por perder peso llega a límites inimaginables: «Se trata de un problema en el que se entra poco a poco, paulatinamente, de manera que lo que empieza de una manera casi de «juego», termina convirtiéndose en un objetivo vital donde la voluntad se doblega en un solo sentido».

Los que padecen esta enfermedad, son habitualmente conscientes de los riesgos que conlleva. Es decir, aunque lo saben en el fondo, gana la idea de conseguir su objetivo: perder peso, y llegan a ese punto en el que no les importa hacer lo que sea para conseguirlo, incluso poner en riesgo su vida.
 
Pero, ¿por qué jugar con las dosis de insulina para adelgzar?
 
Se trata de aprovechar los desequilibrios hormonales propios de una diabetes mal controlada debido a que el páncreas no es capaz de crear por sí solo la insulina. Esta es la encargada de llevar el azúcar a las células pero si no la hay, entonces el azúcar se queda en la sangre y se termina eliminando por la orina y se adelgaza.




Las complicaciones se triplican
Así, los que padecen diabulimia juegan con los factores propios de un trastorno alimentario tales como dejar de comer, atracones y posteriores vómitos, ejercicio físico excesivo y, a su vez, manipulan a su antojo las dosis necesarias de insulina para mantener la diabetes a raya. El resultado es tremendamente alarmante: Se incrementan hasta tres veces las complicaciones que puede tener un diabético; algunas de ellas muy graves: daños en el riñón que pueden degenerar en diálisis, perjudicar la retina hasta caer en la ceguera o padecer pie diabético que incluso puede llegar a requerir la amputación.
A este agravamiento de las complicaciones de la diabetes se le suma las que ya de por sí dejan en el cuerpo los trastornos alimentarios: la falta de la menstruación en el caso de las chicas, falta del desarrollo del cuerpo si el trastorno se da en la adolescencia, pérdida de pelo…
Desgraciadamente esta enfermedad no es muy conocida en la socidad pese a ser una tendencia creciente que tiene un diagnóstico complicado.
Una vez identificada la enfermedad, se procederá a un tratamiento multidisciplinar, compuesto por un psicólogo, un médico de cabecera, un nutricionista y un endocrino.
El perfil de persona que padece diabulima esel de normalmente chicas (aunque empiezan a verse chicos también pero de un modo menos frecuente), con varios años de evolución de diabetes, que debutaron siendo niñas. Suelen ser jóvenes inteligentes, persistentes, con buenos resultados académicos aunque con baja autoestima y muy perfeccionistas. También pueden darse algunas características familiares frecuentes como la carencia de resolución de problemas, alto nivel de exigencia en todos los miembros o déficit de comunicación emocional entre todos los miembros.
En cuanto a los motivos por los que se puede acabar padeciendo esta enfermedad son muy diversos y uno de ellos es el vínculo que existe con la depresión. Lo que no está del todo claro es si la diabulimia causa la depresión, o si la depresión potencia la probabilidad de sufrir la diabulimia. Suele haber una baja autoestima, lo que potencia la presencia de la depresión, y ésta puede llevar a una valoración equivocada de la persona y su entorno, lo que puede empujar a tomar decisiones erróneas respecto a cómo mejorar y controlar su vida.
 

 

 

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