Los principales afectados por
la drunkorexia (EBRIOREXIA) son jóvenes preocupados por mantenerse delgados que no quieren
renunciar al consumo de bebidas alcohólicas para divertirse, la solución: no
comer.
Querer tener las medidas
perfectas unido a la supuesta aceptación social que tiene para los adolescentes
tomar una copa son las bases sobre las que se sustenta este nuevo desorden
alimentario. Conocido también como alcohorexia o ebriorexia, aunque lo de menos
es el nombre, drunkorexia es un término no oficial que deriva de la palabra
inglesa drunk (bebido o ebrio) y del sufijo griego –orexia(apetencia).
Con la llegada de los fines de
semana, las vacaciones o los periodos de fiesta, los jóvenes aprovechan para
salir y beber alcohol como una forma más de diversión. En este punto, algunos
de ellos (principalmente las chicas) empiezan a preocuparse por su físico y las
consecuencias que les deja el alcohol en su figura. El dilema que se plantean
entonces es ¿renuncio a beber? o ¿bebo a pesar de que engorda?
Fruto de la inconsciencia y
del capricho de la edad, los jóvenes se decantan por algo mucho peor: ni una
cosa ni la otra, es mejor dejar de comer para poder seguir bebiendo. Esto que
parece tan raro no lo es si lo extrapolamos a otro contexto. Seguro que has
oído a alguien que prefiere comer lo mínimo para permitirse ese postre que
tanto le gusta o se decide saltarse alguna comida para compensar una comida
anterior. Es el mismo discurso, aunque mucho más preocupante: en este caso lo
que se ha consumido en exceso no es comida, sino alcohol. Según los expertos,
podríamos estar ante un caso más grave que la anorexia, ya que se hace un
consumo desmedido de alcohol en un cuerpo que prácticamente está desnutrido y
esto conlleva negativas consecuencias.
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